San Miguel de Tucumán, 17 de noviembre de 2.020
A las autoridades del Si.Pro.Sa
A las autoridades del Colegio Médico de Tucumán
A las autoridades del Círculo Médico del Sur
Presente
El día de hoy comenzó conmoviendo a muchos con la triste noticia de que falleció otro colega, otro ser humano, padre, amigo, hermano, luego de las complicaciones que le causó el haber contraído covid-19 mientras se encontraba trabajando para salvar a otros de la misma causa que cobró su vida.
Más allá del hondo impacto emocional que cada muerte provoca en cada persona, la realidad es que los trabajadores de la salud este año han sido llevados al límite de sus capacidades por demasiados motivos, algunos inevitables, y desgraciadamente por otros que se podrían haber prevenido.
Sea como fuere, no podemos permanecer indiferentes ante el fallecimiento de los trabajadores de la salud, y por esto los convocamos. Sabemos que cada muerte es irreversible, pero podemos hacer que la partida no haya sido en vano. Creemos que de ellas se puede aprender para evitar otra más, y que es un acto mínimo de justicia el lograr que se legisle para que sus familias puedan recibir una compensación de por vida comparable a la que reciben los familiares de los desaparecidos en las guerras, y no sólo una pensión mínima que se encuentra lejos, muy lejos, de lo que corresponde al trabajo titánico que están realizando.
Asimismo, es imperioso buscar la mejora en las condiciones de trabajo de quienes se encuentran en “la trinchera”, acompañándolos y protegiéndolos efectivamente con medidas prácticas, dando soluciones reales y sostenidas a las necesidades que ellos mismos planteen.
Esperando lograr en unidad un poco de justicia para nuestros colegas y todos los trabajadores de la salud en medio de tanto dolor, ofrecemos nuestro mejor saber y hacer para lograr una mejoría en las circunstancias anteriormente mencionadas.
