En representación de Médicos por la Vida Tucumán, los doctores Sara Álvarez de Ortíz y Ricardo M. Auad compartieron en el diario tucumano La Gaceta una carta al lector.
El texto:
EL ABORTO Y LOS MÉDICOS
Los Médicos por la Vida-Tucumán, lamentamos profundamente que el 14 de enero del 2021 se promulgue la ley del genocidio de niños por nacer. Lamentamos profundamente que ni la ciencia ni la ética bastaron para detener los oscuros intereses ajenos a nuestra patria y las deleznables presiones políticas que “legitimaron” la desaparición forzada de personas con la ley mas extrema del aborto en el mundo actual. Lamentamos profundamente la incoherencia del presidente y los diputados y senadores que votaron dicha ley, pues en vez de cumplir la función de cuidar a su pueblo, hicieron oídos sordos a sus verdaderas necesidades y reclamos, imponiendo su agenda de eliminación de los “no deseados” (¿por quién?), de muerte y destrucción social. Lamentamos profundamente que los recursos que emanan del pueblo no sean usados para responder a las verdaderas (y muchas) necesidades de los argentinos, incluyendo las del golpeadísimo sistema de salud, sino para impulsar políticas cuestionables que atentan contra la vida y la familia, la base de toda sociedad. Aun así los Médicos por la Vida-Tucumán seguiremos proclamando que toda vida vale, desde la concepción y hasta la muerte natural. La del niño por nacer, la de la madre en situación de vulnerabilidad, la del anciano, la de todo ser humano, así sea discriminada por algunos que consideran que el deseo propio es superior a la dignidad intrínseca de cada persona. Seguiremos atendiendo con nuestro mejor saber y hacer a toda persona que requiera de nuestros servicios honrando siempre nuestro juramento hipocrático. Seguiremos apoyando en la medida de nuestras posibilidades a todo aquel que nos necesite para defender y cuidar la vida. Seguiremos construyendo desde nuestro lugar y con los recursos que tengamos la patria que queremos: libre, soberana, justa, solidaria, en la que nadie sobra ni es descartado, sino verdaderamente “empoderado’’ para desplegar sus talentos y capacidades al máximo, con responsabilidad y trascendiendo las dificultades que toquen vivir.
Sarita Álvarez de Ortiz y Ricardo M. Auad
Ricardoauad55@gmail.com
Médicos por la Vida-Tucumán